El pasado Domingo 24 de marzo vivimos una nueva edición de nuestra entrañable procesión de la burrica de Domingo de Ramos. Los niños y niñas del pueblo que han recibido la Eucaristía salen a la calle portando en sus hombros el trono de la burrica que conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, dando inicio a la Semana Santa.
Desde la Iglesia de Nuestra Señora de los Llanos los niños, acompañados de sus familiares y demás asistentes, se dirigen por la calle Castelar hacia la plaza de nuestro maravilloso Teatro Apolo, para bendecir el olivo. Tras esta bendición por parte de nuestro cura D. Antonio, todos los asistentes que lo deseen pueden llevarse a casa una ramita de olivo para colocarla en aquellos lugares que tradicionalmente solemos hacerlo: en fotos de familiares, el cajón de la mesilla, la entrada de la casa, el coche, el bolso o en nuestro puesto de trabajo, entre otros lugares. Los ramos de olivo bendecidos que están en nuestros hogares alrededor de un año son quemados el Miércoles de Ceniza. Así lo manda la tradición cristiana.
De la procesión de este año destacar que tanto niños como familiares disfrutaron de este momento en el que los más pequeños son los portagonistas de dar comienzo a las precesiones de Semana Santa en nuestro pueblo.
Sin duda, un recuerdo imborrable para los más peques que en unos pocos años serán los encargados de portar los tronos de nuestra procesión de Jueves Santos.
La cantera de portapasos está asegurada.
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